sábado, 24 de abril de 2010

VEN Y SÍGUEME 1.- ¿Qué te lo impide?

Mateo 19:16-2616. Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
17. El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
18. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
19. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
20. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
21. Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
22. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
23. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
24. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
25. Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
26. Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.


Este joven rico preguntaba cómo tener la vida eterna. Los mandamientos están ahí, sin embargo, el corazón oculta muchas cosas que son fáciles de disimular con una vida moralmente correcta. Cuando Jesús le habló al joven de dejar sus riquezas, llegó a su punto débil. Él podría hacer cualquier cosa menos dejar sus riquezas. ¿Quieres tener tesoro en el cielo? El cuestionamiento va en el siguiente sentido ¿Me amas a mi más que a nada? ¿Quieres vivir conmigo por la eternidad sin importar qué pase con tu vida? Jesús nos vuelve a preguntar ¿De verdad me amas más que a cualquier otra cosa, tanto que morirías por mi? Ven y Sígueme. El joven no puede dejar sus riquezas pues están en su corazón, tomando control de él, por eso él no sigue a Jesús sino que se entristece y se va.
Acertadamente preguntan los discípulos, lo que creo que también resuena en nuestras mentes: ¿Quién podrá ser salvo? Jesús da en el clavo: para el hombre esto es IMPOSIBLE. Lo diremos así: Nada podemos hacer para ser salvos, es imposible al hombre alcanzar salvación, ganarla o adquirirla. La Salvación es un don de Dios, una dádiva (Ro. 6:23), no podemos alcanzarla, somos alcanzados por Dios para Salvación (Fi. 3:12), asidos por Cristo Jesús.
Creo que el hombre necesita arrepentirse de sus obras, y reconocer que su pecado es tan grande que no hay fuerza en la tierra que lo pueda limpiar ni quitar, porque para los hombres estas cosas son IMPOSIBLES. El hombre natural peca hasta haciendo el bien. Ver Isaías 64:6.
¿Qué nos queda? Conocer a Jesús, seguir sus pasos,… pero ¿cómo haremos esto? Jesús dijo a Nicodemo (Juan 3) es necesario NACER DE NUEVO.

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