miércoles, 19 de agosto de 2009

La Importancia de Congregarse

Salmos 133
1. ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! 2. Es como el buen óleo sobre la cabeza,El cual desciende sobre la barba,La barba de Aarón,Y baja hasta el borde de sus vestiduras; 3. Como el rocío de Hermón,Que desciende sobre los montes de Sion;Porque allí envía Jehová bendición,Y vida eterna.

No es mi afán a través de este estudio el darle importancia a los lugares de reunión, ya que sería retroceder enormemente a las antiguas tradiciones romanistas, y negar la sangre de valientes reformadores que dieron su vida en defensa de las verdades bíblicas a este respecto. Es más bien mi intención, el defender y fundamentar respecto de la reunión en sí de los Hijos de Dios, nacidos de nuevo. En los últimos años, ha sido cuestionada fieramente la necesidad de congregarse y más aún la de pertenecer a una comunidad cristiana en concreto.
El fin de la congregación es tener comunión con Dios y con los santos (Su Iglesia)
La palabra comunión, en hebreo es sode, una sesión, es decir empresa de personas (en deliberación cercana); implícitamente, intimidad, consulta, un secreto: - asamblea, consejo, hacia adentro, secreto (consejo). Mantener comunión con Dios, entonces es tener intimidad, consultarle, tener secreto o privacidad con él, deliberar o tomar decisiones con Él. Lo mismo se aplica a la congregación. Todas nuestras relaciones personales deben ser regidas por el temor de Dios. La comunión con Dios debe ser contínua en el creyente, independiente del lugar físico y de la circunstancias en que nos hallemos, pues Jesús dijo “orad sin cesar” ¿Cómo es posible esto? Pidámosle a Dios poder entrar en una vida de oración, de continua comunicación con Él, en espíritu de oración.
¿Cómo tengo comunión con Dios?
Dentro de la comunicación con Dios, hay dos expresiones que no han sido cabalmente comprendidas y las estudiaremos brevemente:
Una es el clamor. En el salmo 22:1 la palabra clamor es sheahgáh, un retumbar o gemido: - rugido. En el salmo 61:1 la palabra que se tradujo clamor es rinnah, correctamente crujir (o sonido chillón), es decir grito (de alegría o pena): - el grito, la proclamación, la alegría, canto de triunfo.
En 1 Reyes 1:41 encontramos una maravillosa expresión encerrada en la palabra clamor, que originalmente es la palabra hebrea kole, kole, de una raíz no usada que quiere decir llamar en voz alta; a una voz (un voto) o sonido: en voz alta, balar, crujido, grito, mugidos, ruido, la proclamación, canta, sonido (¿música?), chispa, truenos.
El clamor no es una oración propiamente tal, pues la oración (heb. tephillah) implica intercesión o la entonación de un himno. La intercesión es cuando alguien se pone delante de Dios a favor de otro (Ez. 22:30).
Tanto el clamor como la oración son expresiones por medio de las cuales el creyente se comunica con Dios y forman parte tanto de la vida devocional y adoración privada del cristiano, como de la pública (es decir, cuando nos reunimos).
Con quién el Señor tiene comunión (no con las tinieblas) Salmos 25:14; Pro. 3:32; 1 Jn 1:6
Dios no tiene comunión con los incrédulos ni los impíos, es imposible que Dios esté de acuerdo con lo que hacen, porque el incrédulo no agrada a Dios (pues no tiene fe en Él) y las obras del impío son aborrecidas por Él. Así como Dios no tiene comunión, intimidad, acuerdo, consejo, con los impíos, tampoco los que han nacido de nuevo tienen comunión con los incrédulos (yugo desigual). Más allá de si debemos o no juntarnos o tener comunión con los incrédulos, debemos tener claro que es imposible que aquel que anda en el espíritu tenga comunión con los que andan en la carne, porque tienen orientaciones absolutamente opuestas, ya que la carne se opone al espíritu y viceversa.
¿Es posible tener comunión con los santos sin estar físicamente juntos? 1 Jn 1:7
Según este versículo, es posible que nosotros tengamos comunión, es decir, secreto, intimidad, acuerdo, con otros cristianos que se reúnen en otros lugares, aún sin haberlos conocidos y sin necesidad de llegarlos a conocer en la vida presente. ¡Qué maravilloso misterio!!!
Es importante notar que en este versículo, la palabra comunión es la palabra griega koinonía, sociedad, es decir (literalmente) participación, o cópula (social), o donación (pecuniaria): - (para) comunicar, comunión, distribución, compañerismo.
El lugar de la Enseñanza y la exhortación como parte de nuestra adoración pública
Efesios 4:11-16 Propicia la madurez de los miembros de la iglesia. La palabra edificación es la palabra griega oikodomay: arquitectura, es decir (concretamente) una estructura; en sentido figurado confirmación, el edificio.
Hebreos 3:13; Hebreos 10:23-25 Previene las conductas pecaminosas.
1 Co 14:24-26 El ejercicio de los dones espirituales relativos a la enseñanza.

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