jueves, 11 de junio de 2009

¿Somos mayores que los demonios y los fariseos? (Mateo 5:20)


Creo que todo creyente comienza siendo semejante a un demonio, ya que comienza sólo creyendo, al igual que un demonio. Ahora me pregunto: ¿Temblamos al saber que Dios mira nuestros actos, y aún lo profundo de nuestro corazón? Si es así, es un gran avance, pero aún somos semejantes a los demonios, quienes también tiemblan.
La palabra Gracia, que significa regalo, don dádiva, gratuito, sin costo. Debemos entender que la Gracia de nuestro Señor Jesucristo, significa un libre acceso de hombres y mujeres a la Salvación. Vengan de donde vengan, vivan como vivan, tengan o no tengan, venid a las aguas, dice el profeta Isaías en el capítulo 55. Pero una vez teniendo el libre acceso a la hermosura de la Santidad de Dios, el Señor quiere hacernos dignos de estar con él, nos quiere dar la potestad de ser HECHOS Hijos de Dios, no por voluntad de carne y sangre, sino por Voluntad de Dios. Él quiere hacer que seamos sus hijos, Él debe obrar en nosotros la santificación, y el creyente debe llegar a la plena madurez en Cristo.
Entramos por una puerta abierta al Trono de la Gracia, el velo se rompió, los sedientos, venid a las aguas. El que busca a Dios, lo encontrará.
El Señor Jesús, sin embargo, levanta la vara y exige más de lo que exige la Ley. A los fariseos, quienes eran personas típicamente hipócritas, legalistas, preocupadas de su apariencia, estaban satisfechos con parecer santos, les dice : oístes que fue dicho, no matarás, más YO os digo. Y en esta frase, Jesús levanta la vara y pide más de sus discípulos. Y él dice: Cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
La pregunta es, ¿Cuál es nuestro nivel espiritual? O mejor dicho: ¿Cuál es nuestro nivel de relación con Dios? ¿somos más que fariseos? ¿somos mayores que los demonios?
Aquí no sirve el “por lo menos voy a la iglesia”, “por lo menos parezco cristiano”, por lo menos diezmo, ofrendo y escucho música cristiana”. Jesucristo sube la vara. Él dice: Yo quiero más que tus expresiones externas, porque eso me lo puede dar cualquiera, yo quiero tu corazón. Yo no quiero de ti tres horas a la semana, quiero toda tu vida, cada segundo y cada respiración tuya. A medida que medito en esta Palabra, siento que Cristo me aprieta y su mano oprime mi corazón, porque me anhela celosamente. Él te aprieta para no soltarte, porque sabe que si te suelta caerás en el infierno. Y vuelve a decir: YO quiero más de ti, yo lo quiero todo.
Jesús dice en otras palabras, una prueba de que eres apto para el Reino de los Cielos, es que tu justicia, tu rectitud, tu santidad, es mayor que la de los fariseos. Si tu justicia no es mayor que eso, entonces no puedes entrar.
¿Estaré exagerando? Dejemos que Jesús hable, Él es quien pone las reglas.
Por
Fernando García Olmedo.

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