lunes, 5 de abril de 2010

TIMOTEO, UN CREYENTE GENUINO


Un verdadero cristiano, nacido de nuevo.
Timoteo era un joven de madre y abuela judías, y de padre griego. Hechos 16:1 y ss.
2 Ti. 1:5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.
Referencia

1Ti 1:5 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida,
No fingida, es la palabra griega anupókritos; sin fingimiento, sincero:-sin fingir, sin hipocresía.
La palabra Hipócrita, es la palabra griega jupokrités; actor bajo un carácter asumido (actor en escenario), simulador.
¿Qué tal? O sea que Timoteo era un creyente de verdad, no uno que actuaba como si lo fuera.
¿Se puede actuar como cristiano sin serlo realmente?
2 Ti 3:5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.; Mt. 7:21-23 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad;
Ap. 2:2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
Ahora lo importante:
¿Cómo sé si estoy siendo un cristiano de verdad y no un actor?
1 Ti 6:11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. ;

2 Ti. 2:19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

Las motivaciones o porqué hacemos lo que hacemos, son importantes. El auto examen de nuestra vida espiritual, qué estamos haciendo, cómo estamos viviendo, cuáles son las intenciones de nuestro corazón, son los frutos que nos dirán si somos creyentes auténticos o no.
Por
Fernando García O.













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